Star Wars: El ascenso de Skywalker

Star Wars: El ascenso de Skywalker (2019) es la quinta y última película de la trilogía de secuelas de Star Wars y de la saga Skywalker en general. Dirigida por J.J. Abrams, sirve como co-conclusión de los arcos argumentales establecidos por las películas anteriores, El despertar de la fuerza (2015) y Los últimos Jedi (2017), llevando el conflicto bélico entre la Resistencia y la Primera Orden a una co-conclusión dramática y épica.
La película comienza un año después de los acontecimientos de Los últimos Jedi, con la Resistencia luchando por sobrevivir contra la opresiva Primera Orden, liderada por el antiguo aprendiz del Líder Supremo Sooke, Kylo Reeves (Adam Driver). En la secuela, Rey (Daisy Ridley), la última esperanza de los Jedi, comparte su camino con Leia Orgaza (Carrie Fisher), la líder de la Resistencia, que ahora lucha con la pérdida de su héroe, Be Solo (Kylo Reeves).
El giro más importante de la película es la revelación de que el Emperador Palpatine (Iaap McDiarmid), que se creía muerto después de El regreso del Jedi (1983), ha sobrevivido en secreto y es el verdadero artífice del ascenso de la Primera Orden. Ha estado escondido en el mundo natal de los Sith, Exegol, es decir, en las regiones del Imperio Sith de la galaxia. Palpatine revela que ha construido una flota masiva de Destructores Estelares y ha decidido usarlos para recuperar la galaxia y restablecer el poder de los Sith.
Star Wars: The Rise of Skywalker | Final Trailer
Un tema central en El ascenso de Skywalker es el misterioso origen de Rey. Se revela que ella es la nieta del Emperador Palpatine, lo que la convierte en parte de la línea de sangre Sith. Rey lucha con esta revelación, entre el oscuro legado de su abuelo y su deseo de seguir el camino Jedi. Su conflicto interno con su identidad juega un papel clave en los ritmos emocionales de la película.

El ascenso de Skywalker tuvo una recepción mixta. Algunos elogiaron la película por sus secuencias de acción, efectos visuales y momentos emocionales, en particular la desolación del personaje de Leia, ya que Carrie Fisher había fallecido antes de la filmación. Sin embargo, otros criticaron su ritmo, las decisiones de la trama y la desolación de los arcos argumentales de los personajes, en particular la revelación de la edad adulta de Rey y el regreso de Palpatine. No obstante, proporcionó una conclusión definitiva a la saga Skywalker y ofreció una especie de cierre a los hilos narrativos de larga data.