El Gran Premio de Qatar, ya conocido por sus intensas batallas e incidentes dramáticos, se ha convertido ahora en el foco de críticas contra la FIA debido a una serie de sanciones que han dejado a pilotos, equipos y aficionados cuestionando la coherencia y proporcionalidad de las normas de la carrera. Entre los críticos más acérrimos estuvo McLaren, que expresó su descontento con la sanción de 10 segundos impuesta a Lando Norris por no reducir la velocidad bajo banderas amarillas, una decisión que el jefe del equipo, Andrea Stella, cree que podría afectar significativamente al campeonato.
Stella admitió que Norris no redujo la velocidad al pasar por los restos del espejo retrovisor de Alexander Albon, pero criticó a la FIA por lo que consideró un castigo excesivo. “No negamos que haya habido una infracción”, explicó Stella, “pero lo que preocupa es la falta de concreción y proporcionalidad. Esto puede tener un impacto decisivo en la lucha por el campeonato”. Sus comentarios subrayaron la creciente frustración de McLaren con un organismo regulador que, según Stella, carece de un enfoque modernizado y consistente para la gobernanza de las carreras.
Stella fue más allá y cuestionó la dependencia de la FIA de lo que describió como criterios obsoletos para la aplicación de sanciones. “Parece que alguien ha sacado un libro viejo y polvoriento para consultar qué hacer. Necesitamos un enfoque moderno adaptado a las circunstancias actuales de la Fórmula 1”, dijo. La frustración de McLaren no es aislada, ya que varios otros equipos han expresado preocupaciones similares sobre la gestión de las sanciones por parte de la FIA esta temporada.
La controversia se extendió más allá de McLaren. El director del equipo Mercedes, Toto Wolff, también intervino y condenó las sanciones por ser demasiado duras. Lewis Hamilton recibió una sanción de drive-through por exceder el límite de velocidad del coche de seguridad en el pit lane, una sanción que Wolff describió como “brutal”. Enfatizó la necesidad de coherencia en las decisiones de la FIA. “Si el director de carrera adopta una postura rígida, está bien, pero todos deben ser conscientes y estar preparados para ello”, dijo Wolff a Sky Sports, destacando una preocupación más amplia sobre la transparencia en la aplicación de las reglas.
Las consecuencias deportivas de estas decisiones fueron inmediatas y significativas. Para Norris, la sanción le costó valiosos puntos, reduciendo su ventaja sobre Charles Leclerc de Ferrari en la clasificación de pilotos a sólo ocho puntos. La batalla por el Campeonato de Constructores también se hizo más dura, y Ferrari redujo la diferencia con McLaren a sólo 21 puntos. Un posible doblete de Norris y su compañero de equipo Oscar Piastri en Qatar podría haber consolidado el dominio de McLaren en el segundo puesto, pero la sanción ha dejado este resultado para decidirse en la última carrera de la temporada en Abu Dhabi.
Para McLaren, el objetivo no es revertir el resultado de la carrera de Norris, sino impulsar mejoras en los procedimientos. “Confiamos en la FIA y esperamos que se revise este caso para implementar mejoras”, afirmó Stella, añadiendo que el equipo no busca cambios en los que toman las decisiones, sino más bien abogar por un progreso en la forma en que se evalúan las sanciones.
El GP de Qatar ha reavivado los debates de larga data sobre el papel de la FIA a la hora de garantizar la equidad y la coherencia en la Fórmula 1. Si bien la organización opera bajo un intenso escrutinio, incidentes como estos sugieren que es necesario trabajar más para alinear sus procesos de toma de decisiones con las expectativas de los equipos, los pilotos y los aficionados. Mientras McLaren y Mercedes siguen pidiendo cambios, todas las miradas estarán puestas en el GP de Abu Dabi para ver si la FIA puede estar a la altura de las circunstancias y demostrar la transparencia y la equidad que exige el deporte.
El resultado de estas discusiones en curso podría tener implicaciones de gran alcance, no sólo para la clasificación final de la temporada 2024, sino también para la credibilidad del marco regulatorio de la Fórmula 1.